La Batalla de Trafalgar

                                     Federico Gravina:capitán general de la armada española

 Horatio Nelson:almirante de la marina inglesa
Villeneuve:vicealmirante francés

-Introducción

Napoleón idea un plan para invadir Inglaterra: mandar una escuadra franco-española a las Indias Occidentales y cuando los ingleses envíen sus fuerzas navales allí, la escuadra debe volver inmediatamente para unirse con otros barcos: Ferrol, Rochefort y Brest, y dirigirse al Canal de la Mancha donde controlará el desembarco en Inglaterra de 160.000 hombres en 2.000 buques de transporte.

La primera fase de la misión se cumple: el almirante francés Villeneuve logra salir de Toulon el 29 de marzo, donde estaba bloqueado por la escuadra al mando de Nelson. Sin embargo a la vuelta de las Indias Occidentales, la escuadra franco-española se encuentra con Sir Robert Calder y parte de la Flota del Canal, que estaba a la espera de la escuadra; días antes un navío-correo llegó desde Lisboa con la noticia de que la escuadra aliada regresaba a Europa. El encuentro se efectúa a 25 leguas de distancia del cabo Finisterre, pero a pesar de la superioridad numérica, la ineficacia del almirante Villeneuve, que está al mando de la escuadra, permite a los ingleses capturar dos navíos españoles, Firme y San Rafael. La escuadra tiene que dirigirse a Vigo,donde entra el 27 de julio, para reparar los barcos y atender a los heridos. El 2 de agosto entra Gravina en Ferrol, pero Villeneuve continúa hacia la Coruña. En el Ferrol la escuadra se refuerza con nueve navíos que los estaban esperando. Villeneuve recibe la noticia de la pronta llegada del almirante francés Lallemand a Vigo con cinco navíos. Manda a la fragata francesa Didon que avise a Lallemand para que se dirija a Brest. La fragata Didon es apresada y no llega a contactar con Lallemand.

Villeneuve decide salir el 13 de agosto,pero el 15 cambia de rumbo y toma la decisión de ir a Cádiz,teme que en el Canal de la Mancha le esté aguardando una fuerza considerable de barcos enemigos. Llega a Cádiz el 20 de agosto de 1805. Napoleón monta en cólera al enterarse, levanta el campamento donde estaban las tropas que debían desembarcar en Inglaterra, y se encamina a Austria. Manda a Villeneuve que salga de Cádiz y se dirija a Cartagena en busca de refuerzos, y de allí que parta a Nápoles. Pero los ingleses ya han bloqueado la salida de Cádiz.
 Cádiz

El 28 de septiembre se une a la fuerza de bloqueo inglesa Horatio Nelson, que coge el mando de Cuthbert Collingwood. En los días siguientes Nelson invita a cenar a todos los capitanes. Estas cenas tienen un carácter informal y en ellas Nelson aprovecha para exponer su plan:dividirá su flota en dos divisiones,una de ellas atravesará la línea del enemigo entre la retaguardia y el centro y se concentrará en el tercio de la retaguardia. La segunda división cortará la línea entre el centro y la vanguardia, concentrándose en los barcos del centro,de esta forma la vanguardia del enemigo tendrá que dar un círculo para volver y auxiliar al resto de la flota. Collingwood dirigirá la división que atacará la retaguardia, y Nelson comandará el ataque por el centro, los demás capitanes tienen total libertad para causar mas daños a la escuadra franco-española. Este plan se llamó El Toque de Nelson.
"Si se descubre la escuadra enemiga al viento en línea de batalla, y que las dos columnas y la división de vanguardia pueden alcanzar esa línea, esta probablemente tendrá tal extensión, que la cabeza no podrá acudir al socorro de la cola. Por tanto es verosímil que haré la señal al segundo comandante de cortarla hacia el duodécimo navío, contando desde la cola, o por donde pueda,sino puede llegar a esa altura. Yo con mi columna atacaré hacia el centro y la división de vanguardia atacará dos, tres o cuatro navíos mas arriba del centro, de manera a tener la seguridad de atacar el navío del comandante en jefe de la escuadra enemiga, buque que es preciso apresar a todo trance.
El plan general de la escuadra británica debe ser el de estrechar todos los buques enemigos desde el segundo o tercero mas allá del comandante en jefe (suponiendo a este en el centro) hasta la cola de la línea".

Mientras en Cádiz, Villeneuve no tiene muy claro lo que ha de hacer y el 8 de octubre celebra un consejo a bordo del Bucentaure donde intervienen:Villeneuve, los contra-almirantes Dumanoir y Magon, y los capitanes de navío Cosmao, Maistral, Villegris y Prigny todos por parte francesa, y los tenientes Gravina y Álava, jefes de escuadra Escaño y Cisneros,y brigadieres Galiano y Churruca, por parte española.
Desde el principio Villeneuve pretende que la escuadra salga de Cádiz, pero Gravina sensatamente le replica con las siguientes palabras:


"No apruebo, la salida del puerto de la escuadra combinada, porqué está muy avanzada la estación, y los barómetros anuncian mal tiempo, no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que, la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz, que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que la Inglaterra posee. Además: el reciente combate sobre cabo Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra: sus buques han visto que nos apresaban los navíos San Rafael y Firme, y no hicieron ni un movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto...¿Por qué salir el almirante francés de la bahía de Cádiz?. Aquí obligaríamos a los ingleses a sostener un estrecho bloqueo, otro en Cartagena, donde hay armados fuerzas navales, y sobre Tolón también otro. Para estos bloqueos tendrían que hacer grandes sacrificios: con el sostenimiento de tres escuadras en un invierno que está próximo, y con las averías que forzosamente han de tener, conseguiríamos ventajas equivalentes a un combate".


Este comentario termina convenciendo a todos, y se acuerda permanecer en Cádiz hasta que las fuerzas inglesas disminuyan.

Nelson ordena atacar todo barco de avituallamiento que se dirige a Cádiz, lo que agrava los problemas de la escuadra, que tiene dificultad de aprovisionarse al estar Andalucía recuperándose de la epidemia de fiebre amarilla que había matado a miles de personas y gran parte del ganado. En cambio la flota de Nelson se prepara minuciosamente para el combate, las tripulaciones diariamente hacen prácticas de tiro,y la comida es generosa para todos.

Los ingleses sitúan fragatas a pocas leguas de Cádiz para controlar todos los movimientos de la escuadra y así no ser vistos los navíos que forman la flota británica, y evitar que se pueda determinar el número de navíos que la componen.
Villeneuve recibe una carta del ministro francés Decrés informándole que se tiene que presentar en París y dejar su cargo a Rosilly que se encamina hacia Cádiz para relevarle.

Planteamiento de la Batalla


Desde un principio, todo estuvo mal planteado del lado franco-español. Villeneuve –comandante de las fuerzas franco-españolas- decidió salir de Cádiz, donde estaba refugiada –y a salvo- la flota. Las noticias de que su sustituto al frente de la flota, enviado por un Napoleón que estaba harto de su inactividad, se dirigía a Cádiz, le hicieron salir del puerto de esta forma arriesgada,contra el consejo de sus expertos, buscando una última hazaña que le asegurara en el puesto.
Una vez encontradas ambas flotas, la manera de presentar batalla planteada por Villeneuve tampoco fue la más apropiada. Nelson atacó por la retaguardia, y desarboló rápidamente la flota rival, que equivocó también las maniobras de giro. Cuando la batalla alcanzaba su momento trascendental, el francés Dumanoir decidió abandonar, junto con otras cuatro naves, lo que terminó de decantar la balanza y precipitar el desastre. Al final de la contienda sólo se salvaron cinco navíos españoles, y en un estado verdaderamente precario.
Para los españoles la derrota significó que todos los esfuerzos de Godoy, encaminados a dotar a España de una poderosa marina de guerra, se iban al traste. Para Francia, la derrota significó una pérdida incalculable: su renuncia, definitiva y explícita, a una eventual invasión del Reino Unido. Para los británicos, en cambio, supuso el triunfo la consolidación de su dominio de los océanos, sustituyendo definitivamente a España en esa posición.

Estado de la Flota Española


La reciente epidemia de fiebre amarilla que había azotado Andalucía entre 1802 y 1804 dejó a la flota española sin la cantidad suficiente de tripulantes, por lo que muchos de los marineros tuvieron que ser reclutados en una apresurada y obligada leva. Estos marineros eran de diversos orígenes: mendigos, campesinos, soldados de infantería...

Por otro lado, el estado mismo de los buques era lamentable, tanto que algunos capitanes españoles habían sufragado de su bolsillo las reparaciones y la pintura de sus barcos para no quedar deshonrados ante los capitanes franceses. El marqués de la ensenada consiguió, durante el reinado de Fernando VI, modernizar la vieja marina española y aumentar su prestigio, que ya se iba deteriorando. Además, a él se le debió la ampliación de los astilleros de Cádiz,Cártagena,Ferrol y La Habana de donde salieron algunos de los barcos participantes en Trafalgar. La modernización de la Armada era una necesidad de urgencia, que si bien se mantenía en pie como para intentar defender el Imperio, ya no estaba en condiciones de sostener un combate a gran escala contra la más moderna de las flotas. Los navíos por los que se formaba la flota española eran los siguientes:

Santísima Trinidad, navío Príncipe de Asturias,Santa Ana,Rayo,Neptuno,Argonauta,Bahama,Montañés,San Agustín,San Ildefonso,San Juan Nepomuceno,Monarca,San Francisco de Asís,San Justo, y San Leandro.


Estado de la Flota Francesa

La Marine Impériale era considerada la segunda en importancia de la época. Estaba dotada de barcos potentes y modernos, pero la Revolución Francesa había dejado el cuerpo de oficiales a marinos inexpertos en sustitución de los antiguos mandos, ajusticiados durante el proceso revolucionario por su origen aristocrático. La mayor parte de los oficiales eran inexpertos en citas bélicas de importancia, careciendo de capacidad de lucha, mientras que las tripulaciones carecían de experiencia profesional naval, abusando de soldados del ejército de tierra para los navíos. La flota francesa se formaba por los siguiente navíos:


Estado de la Flota Inglesa

La escuadra inglesa al mando del almirante Nelson estaba compuesta por marineros profesionales, casi todos con varios años de mar y amplia experiencia en combate. De hecho, eran los mismos marineros y buques que habían puesto en jaque a Francia y a España en varias ocasiones como en la Batalla del Cabo San Vicente, en la Batalla del Nilo o en la ya comentada del Cabo Finisterre. Además se encontraba comandada por un almirante que se había convertido por méritos propios en toda una leyenda en Inglaterra y en el resto de Europa. Horatio Nelson se había batido con éxito contra los daneses en Copenhague, contra los franceses en Aboukir, afianzó la posición de fuerza inglesa en el Mediterráneo y condujo el bloqueo contra Cádiz. A pesar de que el número de buques ingleses era menor que el de la flota combinada franco-española, la superioridad en cadencia de tiro y en capacidad de maniobra que le otorgaba su experta marinería la convertían en una fuerza insuperable para los espléndidos pero mal conservados y peor dotados buques españoles. Los navíos integrantes de la armada inglesa eran los siguientes:
Britannia,Royal Sovereign,HMS Victory,Dreadnougt,Neptune,Prince,Temerarie,Tonnant, Achilles,Ajax,Belleisle,Bellerophon,Colosossus,Conqueror,Defence,Defiance,Leviathan, Mars,Minotaur,Orion,Revenge,Spartiate,Swiftsure,Thunderer,Africa,Agamemnon y Polyphemus.

La Santísima Trinidad

El Santísima Trinidad fue un navío de línea español,el más grande de su época, el buque insignia, la joya de la corona. Fue el único barco de cuatro puentes construido,y se ganó el sobrenombre de El Escorial de los mares. En realidad, se subió la cubierta y esto fue lo que permitió colocar una cuarta batería de cañones, y por esto lo de los cuatro puentes. Fue construido en La Habana,diseñado por el irlandés Mateo Mullan, y botado en 1769, cuyas dimensiones eran las siguientes:
  • Eslora 213 pies de Burgos y 8 pulgadas (61,40 m)
  • Quilla 182 pies y 5 pulgadas (52,72 m),
  • Manga 57 pies y 9 pulgadas (16,59 m),
  • Puntal 28 pies y 11 pulgadas (8,31 m)
  • Arqueo 4.902 toneladas (7.443,69 m3)
La artillería de la que disponían sus baterías tras la última reforma de 1803 era de 136 piezas, incrementadas a 140 antes de la batalla de Trafalgar,llegando a convertirse en el barco más grande y artillado de su tiempo. Después de ser probado en alta mar, se dieron cuenta de que sufría de varios inconvenientes, que fueron corregidos en los astilleros de Cádiz. Pasó a tener las siguientes dimensiones:
  • Eslora 220 y 6 pulgadas (63,36 m),
  • Quilla limpia 188 pies (54,02 m),
  • Manga 58 (16,67 m),
  • Puntal 28 y 9 pulgadas (8,26 m),
  • Plan 29 pies y 10 pulgadas (8,57 m),
  • Calado a popa 29 pies y 7 pulgadas (8,50 m)
  • Calado a proa 27 pies (7,76 m)
  • Arqueo: 4.902 toneladas (7.443,69 m3)
  • Lastre: 20.000 quintales (920 t)
  • La tripulación y guarnición era de 1.071 plazas y 25 criados.



    Santísima Trinidad:apresado y hundido durante la batalla de Trafalgar.

    HMS Victory
    El HMS Victory es un navío de línea británico, famoso por participar en 1805 en la Batalla de Trafalgar como buque insignia del almirante Horatio Nelson. Era el quinto en portar ese nombre en la marina inglesa.
    Aunque se encuentra en un dique seco del puerto de Portsmouth como museo (en el sur de Inglaterra) el HMS Victory continúa activo como buque insignia del Segundo Lord del Mar. Es el único navío de línea de tres puentes de primera clase que fue construido de manera similar al San Felipe y que ha logrado sobrevivir hasta los tiempos presentes.
    La Royal Navy dio orden a los astilleros de Chatham que empezaran la construcción del buque, comenzada al año siguiente, en 1759. Se debatió durante un tiempo acerca de si se debía o no bautizar al buque con el nombre de Victory, puesto que el precedente Victory había zozobrado en 1744 con toda su tripulación a bordo, pero el HMS Victory fue finalmente botado y bautizado en 1765. En 1805 era el buque insignia del Almirante Nelson durante la Batalla de Trafalgar. Durante un ataque al Bucentaure francés y al Santísima Trinidad español, fue herido de muerte Nelson. El disparo que causó su muerte procedía del navío francés Redoutable. La más decisiva de las Guerras Napoleónicas, pues fue la que puso término a las armadas francesa y española ofreciendo de este modo al Reino Unido una supremacía marítima que duraría hasta la Segunda Guerra Mundial.
    El HMS Victory se caracterizaba por lo siguiente:
    -Desplazamiento: 3.556 t -Eslora:1º cubierta:57 m
    -total: 69,3 m -Manga:15,8 m
    -Puntal: 8,8 m -Calado:6.6 m
    -Calado aéreo: 62,5 m -Cubiertas:4
    -Aparejo: 5440 m² aparejado como fragata -Armamento:106 cañones en 3 puentes
    -Tripulación: 850 -Velocidad:8 a 9 nudos

     HMS Victory:conservado en el puerto de Poursmouht

    El Bucentaure
    El Bucentaure fue un navío de línea de tercera clase perteneciente a la Armada Imperial Francesa. Se ha hecho mundialmente famoso por haber sido el buque insignia francés durante la Batalla de Trafalgar(1805). Demasiado dañado como para poder ser maniobrado correctamente el Bucentaure se hundió durante el temporal que barrió la Bahía de Cádiz poco después de terminada la batalla.

    Construido en Tolón por Jacques-Noël Sané en 1804 y botado a comienzos de 1805, el Bucentaure desplazaba 1630 toneladas. Como todos los barcos de la clase 80 "Sané", estaba artillado con 80 cañones. Su tripulación completa (en tiempo de guerra) era de 840 hombres, y medía 51 metros de eslora, 14 de manga y 6 de punta.
    El Bucentaure era el buque insignia que dirigía a los 32 navíos españoles y franceses. En el momento de entrar en fuego, estaba situado en el centro de la línea, precedido por el Santísima Trinidad español y seguido por el Redoutable francés.
    En un primer momento,Nelson intentó colocar su barco delante del navío insignia. Al adivinar sus intenciones, éste apresuró la marcha cerrando el hueco, de forma que finalmente la columna inglesa penetró en la línea aliada detrás del Bucentaure, que recibió su primera gran andanada de artillería por la popa, procedente de los cañones del HMS Victory,comandado directamente por Nelson. Esta andanada mató a 197 marinos e hirió a otros 85, decidiendo el destino final del Bucentaure, que ya no tuvo los medios de recuperar una posición de dominación en el combate.
    El navío británico al que el Bucentaure acabó por rendirse tras tres horas de combate borda contra borda fue el HMS Conqueror, comandado por el capitán Israel Pellew. El Almirante Villeneuve celebró el honor de rendirse ante el ilustre capitán Edward Pellew, pero el capitán británico James Atchery, que por haber capitaneado a los Royal Marines durante el abordaje era quien trataba directamente con Villeneuve en el momento de la rendición, tuvo que corregirle y señalarle que se trataba en realidad de Israel Pellew, hermano del más célebre Edward Pellew. 

     


La Batalla



La flota inglesa, al mando de Nelson, atacó en forma de dos columnas paralelas en perpendicular a la línea formada por Villeneuve, lo que le permitió cortar la línea de batalla enemiga y rodear a varios de los mayores buques enemigos con hasta cuatro o cinco de sus barcos. En un día de vientos flojos, la flota combinada navegaba a sotavento, lo que también daba la ventaja a los ingleses y, Villeneuve dio la orden de virar hacia el noreste para poner rumbo a Cádiz en cuanto tuvo constancia de la presencia de la flota inglesa. Al parecer, Churruca, mientras leía las señales con el anteojo, manifestó: «el almirante no sabe lo que hace, la flota está perdida». Villeneuve intentaba huir casi sin presentar batalla, cuando la flota francoespañola era,en cuanto a navíos, superior a la inglesa. La virada se realizó desordenadamente,ya que la virada en redondo con viento flojo tomó mucho tiempo a determinadas unidades muy pesadas y poco maniobreras. La línea de combate quedó deshecha y desaprovechada su mayor potencia de fuego. El ataque de Nelson desorganizó completamente la línea, consiguiendo la división de ésta en tres. Esto permitió a la escuadra de Nelson capturar a los barcos franceses y españoles, cortar la línea y batirles con artillería por proa y popa, los puntos más vulnerables de este tipo de embarcaciones. El combate empezó al mediodía, cuando un cañonazo de un navío de la retaguardia de la combinada disparó contra el Royal Sovereign que mandaba Collingwood.



Para colmo de despropósitos, la escuadra de vanguardia quedó aislada del combate y se alejó considerablemente del centro de la batalla aún a pesar de las explícitas órdenes generales que dictaban que «si un capitán no está en el fuego, diríjase al fuego». Durante el combate, el Bucentaure hizo enseñas repetidamente a la escuadra de vanguardia para que virase hacia el combate, orden que,no fue atendida al momento por Dumanoir al mando de la agrupación. Algunos buques franceses y todos los españoles de esta escuadra viran hacia el fuego; sin embargo, Dumanoir, en un acto de cobardía, huye con su barco, el Formidable, junto a tres más: el Mont-Blanc, mandado por Lavillesgris; el Duguay-Trouin, mandado por Touffet y el Scipion, mandado por Berenguer. Estos cuatro barcos huidos (todos franceses) fueron apresados por la flota británica doce días después de la Batalla de Trafalgar, cuando intentaban ganar la costa francesa a la altura de Cabo Ortegal. Posteriormente, Dumanoir manifestó no haber visto la orden del Almirante debido a la humareda reinante. La batalla de finalizó con 449 muertos y 1.241 heridos de la armada inglesa y con 3.243 muertos y 2.538 heridos de la armada francoespañola. La flota francoespañola perdió 20 barcos,8 hundidos,6 perdidos en la costa,4 apresados y 4 huidos,mientras que la flota inglesa no perdió ningún barco.


La Muerte de Nelson


Mediodía del 21 de octubre de 1805. En las cercanías del Cabo de Trafalgar, no lejos de Cádiz, se enfrentan en encarnizada batalla las dos flotas más poderosas del mundo, la inglesa y la combinada de Francia y España. Bajo la cubierta del "Victory", el buque insignia inglés, en penumbra, el camarote del almirante sólo está iluminado por un farol. Acostado en un camastro que se apoya en una de las gruesas cuadernas del navío, el almirante Nelson agoniza. Una bala, disparada desde el "Redoutable" por un fusilero le ha atravesado y se ha incrustado en la columna vertebral. Cuentan que el brillo de las medallas en la casaca del almirante le convirtieron en un blanco perfecto.



La hemorragia interna de Lord Nelson va inundando su cuerpo y le provoca gran dolor y una intensa sed. Para aliviarle se le abanica, se le da de beber limonada. "He sentido cómo se me partía la columna...", jadea. Acude el reverendo Scott. "Mi vida se acaba..., confío el cuidado de Lady Hamilton (su gran amor y de Horatia (la hija de ambos) a mi país... No se olvide de ir a visitar en mi nombre a Lady Hamilton y a Horatia... Encomiendo su protección a mi patria. No se olvide de esto que le digo." El agobiante calor, provocado por el hacinamiento de muertos y heridos de la batalla, debilita cada vez más al moribundo. Nelson pide, con voz débil, en la oscuridad, agua y aire. Obsesionado repite que hagan venir a Hardy, el capitán de su buque: "¿Es que nadie me va a traer a Hardy? Es porque deben haberle matado. Seguro que está muerto."
Por fin, el capitán del "Victory" baja desde cubierta.



"¿Qué tal va el día para nosotros, Hardy?" le pregunta. "Diez navíos han arriado bandera". "Ninguno de los nuestros, espero, responde Nelson. "ninguno, señor; no hay nada que temer." "Yo ya estoy casi muerto, Hardy...voy a morir dentro de muy poco...acércate...te ruego que hagas llegar a mi amada Lady Hamilton mis cabellos, y la dejo a cargo de todos mis asuntos. Doy gracias a Dios por permitirme acabar mi vida cumpliendo con mi deber, pero el dolor es tan fuerte que, devotamente, le pido al Señor que me conceda ya la muerte." A las tres de la tarde el estruendo de los cañones casi ha cesado, y el capitán Hardy vuelve a bajar. "Catorce navíos enemigos se han rendido, señor". "Dios sea alabado, aunque yo había apostado por veinte. Lleve la flota a puerto, Hardy...llévela inmediatamente." El capitán del Victory duda. "Supongo, señor, que es el almirante Collingwood quien está ahora al mando". Nelson hace un débil esfuerzo para incorporarse en el camastro y responde airado: "¡No en tanto que yo viva, Hardy!¡Mientras yo esté con vida, soy yo quien da las órdenes!" Al instante vuelve a caer agotado, y cuando recupera el aliento apenas se le entiende. "No me tiréis por la borda, Hardy". El capitán le asegura que no hará tal cosa. "Cuide usted de Lady Hamilton...recuerde usted que encomiendo a Lady Hamilton y a Horatia a mi país...no se olvide usted jamás de Horatia." Su voz se fue apagando y después de un débil estremecimiento expiró sin un gemido.


Un Cadáver en Vino

Nelson ha muerto y Collingwood, ahora sí, quedó al mando de la flota,durante casi una semana la tempestad que azotó la costa de Cádiz fue peor que el combate. Por eso Nelson ordenó a su capitán, pese a estar agonizando que llevara la escuadra a puerto. El Victory, que había recibido 80 cañonazos en sus costados, que tenía los mástiles de la mayor y de proa destrozados, acribillado por las balas de los mosquetes y con la cubierta aún manchada de sangre, fondeó a duras penas en Gibraltar.

El cuerpo de Lord Nelson, amortajado con unas vestiduras de algodón, y envuelto de pies a cabeza con vendas arrolladas según el método antiguo de embalsamamiento, fue conservado por el médico de a bordo sumergiéndolo en un ataúd de plomo lleno de brandy, al que ha añadido una fuerte solución de mirra alcanforada. El brandy fue sustituido, una vez llegado el navío a Gibraltar, lugar donde se pudo disponer de suficiente cantidad de vino. El ataúd de plomo fue introducido a su vez en uno de madera, y colocado en la cámara del extinto almirante.

Aquí comenzó la leyenda en torno al cadáver del héroe militar inglés. La tradición cuenta que la frase usada entre los marinos ingleses "beber en la bodega del almirante", que hace referencia a beberse una copa clandestinamente, tiene su origen en que, cuando el ataúd relleno de alcohol de vino que contenía el cadáver de Nelson llegó a Inglaterra se encontró que el nivel del líquido había descendido notablemente, supuestamente debido a que los marineros, a escondidas, se lo habían ido bebiendo durante la travesía. De ser cierto, es de suponer que el cuerpo no llegó en tan buenas condiciones como el cirujano que lo embalsamó había previsto. También acerca del nombre "Sangre de Nelson", usado para referirse al ron, se ha sugerido que quizás se originó debido a la equivocada idea de que el cuerpo del almirante había sido conservado sumergido en este licor.
En ron o vino, consumido o no por los marineros, lo cierto es que Nelson partió en su último viaje a bordo del Victory rumbo a Inglaterra cuando el buque fue reparado en Gibraltar.


Consecuencias

Para España, Trafalgar supuso un desastre. El esfuerzo naval realizado en el último siglo se vino abajo, no tanto por la pérdida de barcos como por la pérdida de comandantes. Además, sufrió una tremenda sangría económica. Tras Trafalgar, Reino Unido se adueñó del mar, lo que perjudicó gravemente el comercio con América. España no sólo había perdido el dinero que le había costado la flota, además carecía de recursos para reponerla. La marina española, que hasta entonces había sido uno de los sostenes del imperio transoceánico, quedó arruinada. A corto plazo, este descalabro significó la pérdida de los territorios americanos, ya que cuando comenzaron los movimientos independentistas España se vio sin capacidad de reacción.

En cuanto a Francia, la situación no fue tan trágica en lo referente a la flota, pero la derrota hizo imposible invadir Gran Bretaña. A la postre, esto tendría consecuencias trágicas para Napoleón, ya que sería precisamente Reino Unido la potencia que encabezaría la coalición que acabó por derrotarle.

La aplastante victoria británica, unida a la mala situación en la que quedaron sus enemigos, facilitó que Gran Bretaña se convirtiera en la primera potencia naval del mundo. La supremacía en los mares del Reino Unido se extendió durante más de un siglo, hasta la Segunda Guerra Mundial, y fue la base sobre la que se asentó su imperio colonial.




Bibliografía

-Enciclopedia Larousse
-Enciclopedia Planeta
-Libro Cabo Trafalgar(Arturo Pérez Reverte)
-Libro Episodios Nacionales(Benito Pérez Galdós)


Guillermo Pernas Orozco y Gonzalo Rey Velázquez 2ºBachillerato B


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